Mis dos amigos y un chico, ¿Un chico? No, no.
Bueno, sí.Ya me estaba resignando y perdiendo la esperanza de hablarle. Porque Dorian no hablaba nunca, y eso complicaba las cosas.
Hasta que un día, todo cambia. Y cuando digo todo es TODO, porque a partir de ese momento, lo que sucede empieza a tener una razón más que clara.
Eso asegura una excelente explicación en el segundo en que esa mascara de perfección se rompe. Ya no existían los recuerdos, y los que quedaban eran dolorosos.
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