Daniel era un joven de 27 años.
Atractivo. Dotado…
Fuerte. Divertido.
Pero era mucho más.
Creció huérfano.
Con el gimnasio como refugio.
Solos él, su hermano, y su tío.
Hoy es mi entrenador personal.
Su historia me conmueve…
Pero sus músculos me mojan.
Y no puedo evitarlo.
Le deseo.
Pero no debería.
Además, no parece darse cuenta.
¿Cómo de obvio debo hacérselo ver?
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