Delaney Stanford, con todo su poder y sus millones, no era capaz de encontrar a Tess, su esposa. Ella le había abandonado unos meses atrás y Delaney desconocía su paradero.
Delaney encontró el diario de Tess y lo leyó, con la esperanza que hubiera escrito algo que le diera alguna pista para encontrarla. Pero no encontró nada al respecto.
Sin embargo descubrió algo que lo dejó atónito, Tess estaba embarazada. Iba a tener un hijo suyo.
Delaney sabía que no iba a encontrar a su mujer, si ella no quería que él la encontrase. De manera que dejó de buscarla.
Se había dado cuenta de que estaba loco por ella y se arrepentía de todo el daño que le había hecho durante los meses que vivieron juntos. Y decidió esperar a que Tess volviera a Nueva York.
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