Una sola realidad… tres formas distintas de verla y sentirla.
Entre tres, las posibilidades se multiplican, lo sencillo se complica y lo inimaginable puede suceder. Marta, Jara y Candela tendrán que aprender que la vida no es el cuento de hadas que les contaron de niñas, que el príncipe azul no existe y que, a veces, la bruja termina convirtiéndose en un personaje dulce y vulnerable capaz de hacer que se tambaleen nuestras más firmes convicciones.
Te gustará si te gustó "Y acompasar nuestros pasos por la acera".
¿En qué instante una amistad inocente se transforma en una atracción irresistible? ¿Qué palabras o qué hechos son necesarios para que todas las barreras que erigimos con cautela salten por los aires dejándonos sin defensa?
Me había hecho a mí misma la firme promesa de no enamorarme jamás de una mujer heterosexual y, sin embargo, había sucedido. ¡Era tan difícil resistirse al encanto de Ángela!
Las dos tenían claro que su encuentro estaba destinado a ser un romance fugaz y sin importancia: vivían en ciudades distintas, tenían edades diferentes y ataduras sentimentales imposibles de olvidar.
Si se trataba solo de sexo sin compromiso, ¿qué las llevaba a mantener el contacto desde la distancia, a concertar siempre una última cita donde ninguna se atrevía jamás a decir adiós? ¿Puede el miedo a confesar la verdad arruinar nuestra vida para siempre?
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Todo era perfecto en la vida de Helena. Estaba casada con el hombre ideal y ante ambos el futuro se desplegaba como una promesa de felicidad eterna y sin sombras.
¿Cómo es posible entonces que la aparición de Cecilia provocara en ella tal desconcierto? La encantadora pelirroja parecía destinada a ser solo una buena amiga, pero pronto Helena descubrirá que, a veces, el pasado vuelve cuando menos te lo esperas, reclamando que no dejemos caer en el olvido las heridas recibidas.
Y es que todos nos despertamos de cuando en cuando por las noches, y es entonces cuando los fantasmas de nuestros fracasos regresan y nos cuesta volver a conciliar el sueño. ¿Será Helena tan valiente como para mirar cara a cara a sus temores? ¿Está todavía a tiempo de reencontrarse a sí misma? ¿Pueden enamorarse dos mujeres heterosexuales?
Julia es hermosa, impredecible y encantadora. De Laura, cuantos la conocen opinan que es abierta, simpática y muy especial. Andrea se considera a sí misma tímida, nerviosa y demasiado insegura.
El destino, que no se preocupa por nada ni por nadie, las enreda en un torbellino, las hace subir hasta lo más alto y, luego, las deja caer contra el suelo con violencia y sin red de protección.
¿Aprenderán a encontrar cada una su sitio? ¿Se atreverán a abrir el cajón donde guardan sus secretos?
Laura es feliz: es joven y hermosa, está a punto de firmar su primer contrato para una importante campaña publicitaria y la vida le sonríe. Sin embargo, todo cambia en unos segundos.
Un inesperado y absurdo accidente la aleja de todo aquello por lo que había luchado y hace que descubra recodos dentro de sí misma que jamás había sospechado que existieran.
Ahora tendrá que empezar de cero, porque el mundo ha resultado ser un lugar mucho más complicado de lo que ella pensaba.
Nuria se tenía por una chica tranquila, poco amiga de aventuras y estrictamente heterosexual.
¿Por qué, entonces, no trató de escabullirse cuando descubrió que Daniela era su esperada cita a ciegas?
¿Era sólo curiosidad lo que sentía? ¿Cómo se explicaba que aquella hermosa joven pareciera comprenderla mejor que ningún hombre?
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