Se inclinó hacia abajo, hasta que su rostro estuvo al mismo nivel que el de ella. Te sugiero que guardes tu opinión sobre el acuerdo de comercio entre la Tierra y Tar-qua para ti misma, pequeña humano, a menos que quieras soportar la correa en tu noche de bodas. Si escuchara a mi compañera hablar como acabas de hacerlo, la castigaría severamente. por falta de respeto. Si no fuera por la ayuda de los Tarquans, sus ciudades cúpula en la Tierra habrían perecido hace mucho tiempo .
Sorprendida por su gran tamaño, ella lo estudió por un momento. Dios, él era enorme y musculosamente intimidante. Habiendo visto a muchos Tar-quans antes, cuando iban a visitar su ciudad de cúpula, no esperaba ver a un extraterrestre tan grande aquí en la ciudad, y sintió una punzada de compasión por cualquier mujer humana que se encontrara con este macho. Fácilmente era más que demasiadas cabezas más altas que ella, y aparte de su tamaño, este particular Tar-qua parecía demasiado severo.
Un cosquilleo involuntario corrió por su trasero ante la idea de soportar un castigo por parte del hombre sin sentido que la estaba mirando. A pesar de su miedo, su cara se calentó y un dolor repentino palpitó entre sus muslos. Ella rápidamente bajó la cabeza, esperando que él no notara que se ruborizaba.
LO QUIERO!
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