Michael Harrison, empresario joven y rico sufre un accidente en su viaje de novios en el que pierde a su recién y amada esposa, alejándose de todo y todos durante años, decide dedicarse de pleno a sus negocios. Para él ya no hay más vida, la marcha de, la que cree, su alma gemela lo sumerge en una agonía profunda de soledad y vacíos en el que se acomoda durante años… Nancy Sanders, joven estrella del patinaje artístico, pierde su oportunidad de los mundiales tras una grave caída provocada por una pelea con su padre; un ejecutivo muy reconocido y admirado en su profesión que controla cada movimiento de su hija… Su ilusión por superarse no decae en ningún momento, sigue adelante buscando un nuevo motivo en su vida para no perder las ganas de vivir… Ambos se conocen algunos años más tarde, surgiendo entre ellos una atracción tan intensa que ni la diferencia de edad, ni las múltiples complicaciones que surgen alrededor, ni la presencia de una tercera persona que se dedica de lleno a intentar separarlos, logran impedir que se desate un amor profundo y verdadero. Él le da la seguridad y la fuerza que tanto ansiaba… él le descubre un mundo desconocido para ella, lleno de sensaciones y placeres que nunca creyó poder sentir… él es el hombre que siempre esperó sumida en un profundo vacío lleno de soledades y miedos, de humillación y abusos al que su propio padre la tiene sometida… él es la ilusión por la que nunca dejó de luchar… Ella es la única que ha traspasado esa muralla que forjó alrededor de su corazón tras la muerte de su esposa… ella saca lo mejor de él, devolviéndole la sonrisa, la ilusión y la pasión que dejó olvidada en años… Ella es vida, alegría, fuerza, juventud… esperanza en su vida… Ella es todo lo que necesita en su vida porque es la mujer perfecta para él.
2. Irreconocibles
Después de los últimos acontecimientos, Michael Harrison, gran empresario y arquitecto, es detenido y acusado de homicidio en grado de tentativa. Las balas no consiguen acabar con la vida de Allan Sanders gracias a la rápida y astuta intervención de su amigo Edward, quien no soportando la idea de perder a su verdadero amor, al que habrían condenado a pena de muerte si hubiese matado a aquel bastardo, logra desviar el disparo en el último momento.
Sabe que no será fácil una vida en prisión, una vida lejos de Nancy, su verdadera alma gemela, pero lo afronta con entereza, sabiendo que ella estará a salvo de aquel miserable. Ya no habría más golpes, ni más amenazas, no volverá a ultrajarla ni humillarla, ella merece una vida feliz, ella merece una oportunidad y Michael no duda en brindársela a cambio de su propia libertad.
Pero, lo que ninguno de ellos sabe, es el autentico infierno que vivirá aquel hombre allí dentro, durante años, una autentica locura que cambiará por completo su carácter, sus pensamientos, sus prioridades en la vida y hasta sus sentimientos hacia aquella jovencita encantadora por la que habría dado su propia vida.
Unos acercamientos, unas bromas, unos juegos que consiguen perder a Michael por momentos. Esa loquita con la que está casado comienza a acercarse a él peligrosamente… no puede evitarlo, no quiere hacerlo… le gustan sus caricias, su cuerpo increíblemente sexy que lo ansía desesperadamente, que le pide, que le exige lo que ambos desean de una forma incontrolable. Sintiéndola tan cerca, tan suya… ¡¡Aquella mujer es un bocadito delicioso del que ya no quiere abstenerse…!!
Dejándose llevar pese a seguir sufriendo constantes flash back que lo torturan constantemente, aquellos malditos recuerdos de su encierro machacan su mente y su alma sin piedad. Superando sus miedos, olvidando aquellos gritos y la oscuridad que se cierne alrededor suyo, pero consiguiendo acercarse a una verdad aterradora que no está seguro de querer saber. Son sus abrazos y sus besos los causantes de aquellos recuerdos que se agolpan en su mente… Una cárcel, unos presos, unos golpes y una realidad abominable que se niega a creer de todas las formas posibles.
Pero, ¿En serio cree que ya lo ha visto todo en la vida? ¿Cree haber tocado fondo sólo por haber sufrido una depresión ante la repentina muerte de su esposa y por haber estado cuatro años en la cárcel? ¿De verdad cree que todo ha acabado para él y Nancy? Han despertado a una bestia, un sádico enfermo y obsesionado con aquella chiquilla que no cesará hasta verla muerta. Una bestia que conseguirá hacerle ver el verdadero infierno con sus propios ojos…
La historia de amor entre el millonario y apuesto arquitecto con su jovencita y alocada esposa comienza a tomar forma de una manera única e increíble. Aclaradas todas las cuestiones entre ellos comienzan a vivir por fin el día a día de un gran romance del que todos son testigos. Cuidados, mimos, detalles y entrega, Michael no cesa en demostrarle a Nancy su felicidad ante la noticia de ser padre. No hay nada más que pase por su cabeza, no hay momento más pletórico para él al saber que pronto podrá ver las caritas de sus hijas, abrazarlas,sentirlas, cuidarlas y amarlas como a su maravillosa mujer por la que está locamente enamorado.
No hace falta memoria, no hacen falta recuerdos,Michael vuelve a sentir aquel maravilloso sentimiento dentro de su corazón, de su alma... Ella lo es todo para él y la única que puede sacar toda esa oscuridad que aún anida en su alma...
Ambos saben que no será fácil superar un trance como aquel,ella mejor que nadie para entenderlo, pero caminan de la mano juntos, como siempre debieron estar desde aquella Cala D´Aro. Ahora nadie logrará separarlos, ahora son fuertes, ahora son capaces de superar a todos los Edward, Charlotte o Allan que quieran cruzarse en sus vidas... O al menos eso es lo que creen...
Algo los acecha desde hace tiempo, algo que sigue en las sombras, oculto, esperando el momento adecuado para salir y destrozarlos de una forma irrevocable... Y tiene nombre y apellidos... Sí... Un hombre que sonaba terrorífico, espeluznante: Allan Sanders.
Era tan precioso levantarse cada día y poder ver las caritas de sus hijas durmiendo tan apaciblemente! ¡No podía imaginar siquiera una vida distinta a la que tenia en aquellos instantes! Nancy a su lado, risueña y alocada, dulce y sensual en todos los aspectos, conseguía volverlo loco con una sola mirada; ella, la madre de sus hijas, la mujer más maravillosa de todas, con su genio, su locura, su increíble inocencia y buenos sentimientos con todo el mundo. ¿Cómo había podido vivir tantos años sin ella, sin esa vida que le daba con una leve sonrisa, con una sola de sus miradas? Y aun sin recuerdos y sin memoria, pese a todo el infierno vivido en la cárcel, Michael podía sentir dentro de su alma que era un ángel llegado a su vida para mostrarle el amor más grandioso de todos.
Disfrutando de ellas cada minuto, regresando al paraíso donde vivieron un precioso cuento de hadas y sin perder la esperanza de recuperar cada uno de sus recuerdos; si el amor de verdad podía mover montañas entonces ellos no tenían nada que temer porque conseguirían hacer vibrar el pico más alto del mundo.
Un incendio. Un acoso. Unas palizas. Unas amenazas. Una muerte… Un maldito sádico incapaz de verlos felices y obsesionado con destruirlos a ambos. No pararía, no cesaría su empeño hasta verla agonizar poco a poco. La cárcel no lo detendría, tenía un infierno aún mayor para mostrar a esa zorrita desagradecida que había arruinado su imagen, su carrera, su vida… Sanders regresaba a sus vidas con más ira, con una furia incontrolable que solo calmaría con el final de Nancy. Solo había un inconveniente esta vez: Michael Harrison era un hombre de palabra , siempre cumplía sus promesas,y había jurado acabar con aquel asesino para siempre…y lo haría.
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