«Desperté envuelto en una bruma de confusión, como solía sucederme cada vez que me emborrachaba y caía rendido en otro sitio que no fuera mi propia cama.
Esta vez estaba en el salón de mi casa, y al abrir los ojos descubrí el cadáver de una chica.»
A sus veintisiete años, John Brenner ya es un ex alcohólico, está divorciado y tiene una hija de cuatro años a quien ve menos de lo que le gustaría.
Una noche despierta en el suelo de su casa sin poder recordar absolutamente nada de las últimas horas.
A su lado hay una botella de vodka vacía, una pistola y el cadáver de una chica joven y hermosa que no recuerda haber visto nunca antes.
En su cabeza retumba sin cesar la misma pregunta:
«¿Soy el asesino o alguien llevó a cabo el montaje perfecto?»
Todo parece indicar que le han tendido una trampa. John es un hombre sencillo, y no se imagina quien podría querer inculparlo de un asesinato.
La respuesta solo podrá encontrarla él, escondida en su propia mente, e irá aflorando en una serie de sueños recurrentes donde la misteriosa chica lo sigue por el bosque repitiendo la misma frase perturbadora:
«Has olvidado algo».
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