ALMA TUYA 01
No solo los vivos merecen la oportunidad de amar...
Poco después de mudarse a su apartamento de Nueva Orleans, Selena comienza a tener sueños vívidamente eróticos de un hombre que no puede ver, pero que desea desesperadamente. Poco sabe ella que su amante de la medianoche es mucho más que un mero producto de su imaginación.
Eric camina por la tierra como una aparición, no está dispuesto a pasar al más allá debido a la culpa que lleva dentro. Cuando Selena alquila el departamento que el habita, su atracción por ella anula todo lo demás y cede a la tentación de tocarla.
La forma en que ella responde a sus caricias envía a su alma a alturas más lejanas de lo que el Cielo podría jamás.
El mundo de Rosalie Clarke se vuelve al revés después de que misteriosamente aparece en su bolso un reloj de bolsillo. Pero no es un reloj cualquiera. Este reloj tiene un residente. Con la posibilidad de redención, Rosie está dispuesta a liberar a su fantasma y trasladarlo a la otra vida. Pero él tiene algo más en mente.
Alexandré Boisclair está maldecido. Lleva casi doscientos años atado a un reloj de bolsillo y no tiene idea cómo romper el hechizo. Pero nada de eso le importa. Se ha vuelto a reunir con el amor de su vida una vez más. Ella no cree que sea quien él dice que es, y le toca a Alex convencerla de que ella es su alma gemela y que una vez fue su amante, la bella cuadrilonda Marie Jolivet.
¿Alex escuchará las tres palabras que anhela de sus labios antes de que la maldición que lo ata al reloj consuma su alma?
El estar confinada a una casa no era tan malo, según Zoey York. Ella siempre había tratado de sacar lo mejor de lo que tenía, de hacer una vida por sí misma, incluso si ella misma no estaba pues... viva.
Eso es hasta que Adam compra la casa que ella habita, y sin verla, la ve. Trabajando como su ama de llaves, pronto se da cuenta de que él puede afectarla de una manera que nunca pensó posible.
Durante el día, él la frustra, la enoja y la hace querer estrangularlo. Pero por la noche... Permitiéndole creer que ella no es nada más que un sueño, ella va a el, su toque enciendiendo un fuego ardiente dentro de su cuerpo y alma.
Adam Cooper podría ser ciego, pero ciertamente puede sentir a Zoey. Es tremendamente frustrante, entrometida, y huele a duraznos frescos y él se siente atraído por ella de una manera que había jurado nunca volver a ser.
Aunque se niega a dejarla entrar en su corazón, la espera ansiosamente todas las noches en sus sueños donde puede amarla de la manera que él desea desesperadamente mientras está despierto.
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