Ella piensa que le ofreceré un ascenso como gerente, pero tengo otra clase de ascenso en mente.
Cuando me ofrecen un ascenso especial con incremento en la paga que podría saldar mis deudas, no lo pienso dos veces antes de aceptarlo. Ser la asistente personal de un billonario no puede ser tan difícil, ¿o sí?
Excepto que mi jefe no solo espera que le prepare café. Ignorando mi antecedente religioso, es como si cada día fuera un juego para ver que tanto puede presionar mis límites antes de que renuncie.
Xan Sanderlin es un completo pervertido; un pervertido hombre pecaminoso con un cuerpo asombroso con el que le encanta tentarme. Estoy convencida de que él es el diablo encarnado. Me amenaza con despedirme si no obedezco todas sus órdenes. Me castiga por cosas que ninguna otra mujer soportaría en su sano juicio.
Y a pesar de mí decisión de permanecer pura, comienzo a ceder.
Una mujer puede soportar solo cierta cantidad de miradas sexys y susurros seductivos. Y cuando pone sus manos sobre mí… temo que mi alma está perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario