La expresión «con las manos en la masa», al igual que la aburrida existencia de Amber, cambiará el día que se encuentre a su cuñado, el perfecto, adinerado y elegante de su cuñado, encerrado en el baño, con el pantalón levemente bajado y masturbándose con una de sus bragas de la noche anterior. Pero claro, la vida de cualquier persona puede cambiar después de una situación de tal envergadura. Sobre todo si, minutos antes, brindando con un caro champán, anunciaba que llevaría a su hermana mayor al altar dentro de pocos meses.
Ella intentará olvidarlo, hacer como si nada hubiese ocurrido, pero el destino no está dispuesto a permitir que todo termine ahí, y los envolverá en un excitante, prohibido y peligroso juego.
Eso sí, Amber deberá tener en cuenta que, en todo juego, por mucho que el azar esté de tu parte, siempre hay un jugador que destaca en estrategia.
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