Todo comenzó por accidente.
Un retiro a la casa de las montañas.
10 personas, en mi casa.
Alcohol, cartas, dardos, alcohol…
Y ella.
Acabamos f*llando como animales.
En mi cama.
A eso me dedicaba.
A usar y tirar.
A disfrutar.
Un vividor.
Empedernido.
Pero ella me había vuelto loco.
Obsesionado.
Debía mantener mi “reputación”…
Pero entonces descubrí la verdad.
África era mi media naranja.
E iba a exprimirla.
Aún con 8 personas más al lado.
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